Mercado de vinos y ADN Chileno. Realmente no tengo idea de cómo comenzar pero el otro día un amigo me envió un artículo de vinos en el que habla este tal Patricio Tapia, el chileno que sale en el canal del cable El Gourmet hablando de vinos, un sujeto que por decir lo menos se peina con todo lo que tenga que ver con una botella de vino. El tipo analiza el mercado nacional y su producción, cuál es el paradigma, los orígenes del vino en cualquier parte del planeta, en especial los chilenos y argentinos (a muchos nos molesta que nos comparen con los argentinos, pero mala “cuea” dijo el conejo).
Bueno, los vinos argentinos, en su gran mayoría, tienen su origen en conquistadores españoles, inmigraciones francesas e italianas, sujetos buscando mejor suerte por estos lares, que junto con ellos trajeron sus costumbres, su acento, sus palabras, su comida, su cultura y vinito pues. Fue una inserción desde una cultura con identidad, con una historia, desde un lugar y una tradición; nadie pescaba los vinos argentinos por que sólo les gustaba a ellos, tardaron en llegar al mercado internacional. Lentos pero seguros. Con el tiempo, estos muchachos de modestia excepcional, como característica, comenzaron a ser conocidos por su Malbec, o bien asociaban yá a esta cepa con argentina. Ahora tienen ya su sello y como se dice en las tesis, a saber: el Malbec argentino.
Por otro lado el vino chileno tiene su origen en una copia. Cuando las salitreras comenzaron a hacer harta platita la aristocracia de ese entonces en sus viajaes de negocios dijeron: “oye la hueva rica esta, podríamos hacerla en chile también, podemos acompañar la cazuela y los porotos pues… oiga, cómo se hace?”, y la trajeron pues. Por su lado los curitas igual hicieron lo suyo pero sólo quedó en ese salesiano que no evolucionó a los que son las grandes viñas chilenas como Concha y Toro, San Pedro o Viña Tarapacá, por decir algunas. Bueno, así la cosa se copió, y se trajo casi como una fotocopia, sin estar acompañado por ese sabor que las personas de una cultura le ponen al vino. Bueno quizá realmente la cultura de esos aristócratas era la plata, así que desde este punto de vista quizá por eso el vino chileno tienen su alma comercial. Para satisfacer y capturar el merado externo.
He así como se ha construido el mercado nacional, los vinos chilenos son los mas “esperables”, “como deben ser”, “tradicionales”, “educados para gustar y agradar”, en otras palabras se ha sacrificado la identidad del vino chileno por agradar el paladar extranjero. Son como niños buenos, caen bien en todas partes, cualquiera los quiere, se ven bien. …pero no tienen identidad, historia, palabras propias que los identifiquen, sin nombrar que no hay consumo interno, lo que además obligó a las bodegas nacionales a dirigir la construcción del vino al gusto internacional.
Bueno ¿no les parece que esta situación no sólo ocurre con el vino?, recuerdo un libro muy reweno de Alice Miller, “El Drama del Niño Dotado” y me pareciera que las últimas dos estrofas de lo que he escrito son casi exactas de ese libro, sólo que en este se habla de cómo un niño reprime sus necesidades afectivas y sentimientos para conseguir afecto y aceptación de los padres. Se comporta como se cree que se espera de ella, la identidad se va al carajo. Es increíble la coincidencia entre Patricio Tapia y este señor Miller.
"Lo bueno del vino es que durante dos horas los problemas son de otros"
Pedro Ruiz
Nicanor Parra
"Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices" Alexander Fleming |
2 comentarios:
Mire querido compadre, companero, amigo... Mire lo que pasa con nuestra cepa insignia y se dara cuenta de que es muy verdad su libro y la identidad.
El carmener, nuestro cabalito de batalla, tienen algo como lo que describes. Puede ser una ilusion mia, pero siento que carece de identidad, no sabe para donde tirar, y casi siempre la confunden con el merlot. Poco a poco esta tomando fuerza, pero para consumidores como nostros el carmener es tan extrano como el camote frito y lo digo porque nos cuesta un mundo poder caracterizrlo... es como que??
Y ahi me conteso, es como Chile... Pensando en que puede ser grande, pero todavia le falta algo, y eso que estamos a frente a la puerta del bicentenario...salud.
No se si el ejemplo de carmenére sea el mas adecuado, principalmente porque buena parte de los problemas de esta cepa se encuentran en las dificultades de su manejo y de vinificación. Sin contar sus muy especiales exigencias de suelo y clima y lo preciso que debe ser la elección del momento de la cosecha. Por todos lados una cepa jodida. Pero deliciosa. Yo creo que el principal problema se da con el cabernet sauvignon que es lejos nuestro mejor vino, y nuestro verdadero caballo de troya y que aun no logra identificarnos con fuerza, en eso comparto lo dicho por Waldo. Si se fijan en los grandes rankings mundiales los vinos chilenos que figuran son los de viñas tradicionales que hacen vinos correctísimos que se ajustan a los cánones dados por los técnicos y no responden a una identidad país, porque ni siquiera nosotros sabemos definir como es el vino que nos gusta. En esos listados no suelen figurar los Casa Lapostolle, Viu Manent, etc. que podrían ofrecer vinos más rompedores, más jugados y más representativos de una identidad.
Al respecto quiero hacer un comentario sobre el Malbec. Hace un tiempo Julio me comentaba que cuando mencionaba que era de Chile, le decían “aaaaaaaa… el Malbec chileno es muy bueno”, ¿curioso? Para nada hombre. Si bien los argentinos han hecho muchos esfuerzos por posicionarse como los “dueños” del Malbec en el mundo, Patricio Tapia menciona a VIU 1 de viña Viu Manent como uno de los mejores Malbec del cono sur, lo que equivale a decir del mundo. Asi que en una de esas debiéramos dedicarnos a producir más Malbec y no insistir con una curiosidad como el carmenére.
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