
Por qué te fuiste Augusto, por qué?
Lamentablemente este muchacho murió, está en la tumba descansando, y a su lado, en el mismo cajón están enterrados los objetos de la Concertación; los gritos de reclamo, las justificaciones de los descontentos, el imán que unía, lo que daba coherencia y organizaba a los muchachos “Concertados” están enterrados con él. Así es estimados, enterrados están ahora. No sólo murió el señor Pinochet sino también el sentido de la Concertación. La fuerza centrípeta que en un momento concertó a las personas ahora ya no está, la dictadura, gobierno militar o como le quieran llamar, ya pasó, no existe, al menos la efervescencia trágica de aquellos días nefastos ya no atormenta a los chilenos en forma directa. Obviamente aun existe y existirá por siempre en el corazón de las personas, la herida de esos momentos de conflictos y crímenes, pero el hecho es que los que se “concertaron” para lograr el gobierno y la democracia están gobernando ahora.
Quizá por eso están como dispersos o desorganizados, es como que se juntaron para ir a jugar a la pelota y ganarle a otro equipo, y bueno podría decirse en alguna medida que le ganaron y lo eliminaron del campeonato, pero luego pareciera que tuvieron que jugar y eliminarse entre ellos. Es como que se preguntaran: “bueno, y ahora qué cresta hacemos”.
Al parecer la verdadera transición tendrá lugar durante estos gobiernos, donde el señor Pinochet ya no está. Cuando digo “señor Pinochet” me refiero a que él simboliza un período, un momento del país, a personas que vivieron y están dejando la vida como lo hizo él, personas a favor y en contra a este periodo. Su muerte real da comienzo al la muerte de este periodo. Nunca va a morir lo que ocurrió, nunca, pero sí la atmósfera, los ruidos y las personas de esos momentos.
De modo que la Concertación pareciera estar cursando una crisis donde deben redefinir su nuevo partido, contra quién van a jugar, qué tácticas, qué jugadores, qué entrenamiento será el necesario, quién será el director, cómo seleccionar a los jugadores, las nuevas metas, nuevos horizontes, nuevos campeonatos que ganar. La vida de un país la imagino como el de las personas, una ves que se ha llegado a un lugar deseamos ir a otro, cambiamos la cerveza por el vino, podemos quedarnos pegados y emborracharnos siempre, pero también podemos mejorar la experiencia con sabores más delicados y nuevos (Aunque pareciera que con el tiempo la lengua pierde sensibilidad y se vuelve más tosca y necesita sabores más fuertes). Pero podríamos probar más adelante quizá un Havana Club para luego terminar disfrutando un Jack Daniel’s.
Quizá luego de esto podamos realmente ganar la Copa Mundial de Fútbol !!!
Es como que primero debiéramos ganarnos a nosotros mismos.
A ustedes, quienes me entregan su comprensión y amor, papá y mamá.
“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas”.
Albert Camus
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