Nada, simplemente habemos más chilenos huevones que inteligentes. Bueno, me refiero “chileno” cuando decimos “mañana mismo lo arreglo”, “buscaremos los mecanismos”, “jugamos como nunca, perdemos como siempre”, “si no es pa’ tanto”, “se debe crear un organismo que lo resuelva”, “compremos este no mas”, “el próximo mes…”, “cállate”, “silencio”, “yo soy tu padre”, “chilenas y chilenos, en mi gobierno”, “es que en la dictadura…”, “es que los socialistas”, “en la medida de lo posible” y muchas otras más que olvido para mantenerme relativamente sano, “otro día” se los termino de decir.
Qué nos hace tan especiales, tan “chilenos”, con ese aroma, y en ocasiones mal olor, a mediocridad. Me gusta mucho la teoría de mi papá y de un tío; parte de esta explicación, según ellos, estaría en la ubicación geográfica; la lejanía del país, el aislamiento, lo largo, incomunicado y angosto del territorio; tener tan cerca tanto mar y tanta montaña nos lleva saber sólo de nosotros, quizá nos ayuda a ser medios esquizoides, a irnos por las ramas con las palabras como los tantos poetas de esta tierra. De igual forma me gusta la explicación de Fernando Villegas, en ella interpreto que la mediocridad chilena se encuentra organizada por la estructurada de fundo de nuestro país, donde siempre hay un patrón al que no le importa el peón, sólo su fundo, no existe nada más que su fundo, no hay más que animales y peones, y si éstos últimos son medios inteligentes podrían, con algún pituto, llegar a ser capataz o algo un poco mejor, quizá poder tener un poco de mejor comida por “saber arreglar el tractor del patrón”, pero en general nada más. Esto en contraste con la granja de los gringos, donde podemos recordar la pequeña casa en la pradera; el actor de camino al cielo, los niños, la mujer, todos tenían una función en la granja. Uno que se complicara y la cosa se jodía un poco, todos eran importantes, eran, y son aun, prácticos. Si la granja no funcionaba se muerían de hambre o los jodían los indios. En cambio acá, los muchachos agarraban su barco y se devolvían a España o pedían ayuda a otros países. Hay que reconocer que hubo y hay gente rescatable, sin duda, pero terminaron colgados, destripados o asesinados.
Así no más fue la cosa. Se sabe que en un choque de culturas la que sale mejor es la que ostenta tecnología más desarrollada, miren su bolsillo, su mueble o escritorio y podrán ver su celular, este tiene por seguro una compañía de accionistas, o de frentón, dueños españoles. Ya sabemos lo de las hidroéctricas y todo eso.
Bueno, dejo de echarle la culpa a los españoles y me pregunto por qué sencillamente no salimos chilenos más sensatos de este choque, me refiero a nuestra cultura gobernada por la inespecificidad, la relatividad en el espacio y tiempo para tomar cualquier decisión.
Cómo va ser suficiente que vengan unos muchachos y nos jodan, cómo va a ser suficiente que estemos en un lugar aislado para seguir aislados?, ¿Qué hacemos para ser como somos? Ciertamente las personas que llegaron a colonizar estas tierras tuvieron deseos y sueños para un futuro próspero. Qué paso?
Estimado lectores, debo reconocer que sólo habrá algunas páginas para este bloggs. También estoy infectado con este mal chilensis
“La mediocridad no se imita”
BALZAC, Honoré de
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