sábado, 22 de septiembre de 2007

Gran niño "Reserva"


Mercado de vinos y ADN Chileno. Realmente no tengo idea de cómo comenzar pero el otro día un amigo me envió un artículo de vinos en el que habla este tal Patricio Tapia, el chileno que sale en el canal del cable El Gourmet hablando de vinos, un sujeto que por decir lo menos se peina con todo lo que tenga que ver con una botella de vino. El tipo analiza el mercado nacional y su producción, cuál es el paradigma, los orígenes del vino en cualquier parte del planeta, en especial los chilenos y argentinos (a muchos nos molesta que nos comparen con los argentinos, pero mala “cuea” dijo el conejo).

Bueno, los vinos argentinos, en su gran mayoría, tienen su origen en conquistadores españoles, inmigraciones francesas e italianas, sujetos buscando mejor suerte por estos lares, que junto con ellos trajeron sus costumbres, su acento, sus palabras, su comida, su cultura y vinito pues. Fue una inserción desde una cultura con identidad, con una historia, desde un lugar y una tradición; nadie pescaba los vinos argentinos por que sólo les gustaba a ellos, tardaron en llegar al mercado internacional. Lentos pero seguros. Con el tiempo, estos muchachos de modestia excepcional, como característica, comenzaron a ser conocidos por su Malbec, o bien asociaban yá a esta cepa con argentina. Ahora tienen ya su sello y como se dice en las tesis, a saber: el Malbec argentino.

Por otro lado el vino chileno tiene su origen en una copia. Cuando las salitreras comenzaron a hacer harta platita la aristocracia de ese entonces en sus viajaes de negocios dijeron: “oye la hueva rica esta, podríamos hacerla en chile también, podemos acompañar la cazuela y los porotos pues… oiga, cómo se hace?”, y la trajeron pues. Por su lado los curitas igual hicieron lo suyo pero sólo quedó en ese salesiano que no evolucionó a los que son las grandes viñas chilenas como Concha y Toro, San Pedro o Viña Tarapacá, por decir algunas. Bueno, así la cosa se copió, y se trajo casi como una fotocopia, sin estar acompañado por ese sabor que las personas de una cultura le ponen al vino. Bueno quizá realmente la cultura de esos aristócratas era la plata, así que desde este punto de vista quizá por eso el vino chileno tienen su alma comercial. Para satisfacer y capturar el merado externo.

He así como se ha construido el mercado nacional, los vinos chilenos son los mas “esperables”, “como deben ser”, “tradicionales”, “educados para gustar y agradar”, en otras palabras se ha sacrificado la identidad del vino chileno por agradar el paladar extranjero. Son como niños buenos, caen bien en todas partes, cualquiera los quiere, se ven bien. …pero no tienen identidad, historia, palabras propias que los identifiquen, sin nombrar que no hay consumo interno, lo que además obligó a las bodegas nacionales a dirigir la construcción del vino al gusto internacional.

Bueno ¿no les parece que esta situación no sólo ocurre con el vino?, recuerdo un libro muy reweno de Alice Miller, “El Drama del Niño Dotado” y me pareciera que las últimas dos estrofas de lo que he escrito son casi exactas de ese libro, sólo que en este se habla de cómo un niño reprime sus necesidades afectivas y sentimientos para conseguir afecto y aceptación de los padres. Se comporta como se cree que se espera de ella, la identidad se va al carajo. Es increíble la coincidencia entre Patricio Tapia y este señor Miller.

Esto de lo chileno se ve hasta en los vinos, en su historia, en la forma de abordar el mercado, en todo, por la cresta, es serio. ¿Qué hacer?

"Lo bueno del vino es que durante dos horas los problemas son de otros"
Pedro Ruiz

"El vino, cuando se bebe con inspiración sincera, sólo puede compararse al beso de una doncella"
Nicanor Parra

"Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices"
Alexander Fleming


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